lunes, 22 de septiembre de 2008

Ni público ni privado... colectivizado

A principios del verano tuve que experimentar en mis carnes los efectos de la privatización. Nunca mejor dicho lo de experimentar. Mi ambulatorio de especialidades, Pontones, es el primero en ser privatizado por el gobierno de la Comunidad de Madrid.
He de reconocer que ya iba calentito y predispuesto, pero la realidad superó a mi maligna imaginación. La reforma ha comenzado en la cuarta planta, paredes forradas de madera, en plan escandinavo (luego entenderéis por qué), sin señalización de especialidades, solo números en las puertas. Varias salas de espera abiertas y en cada una de ellas una pantalla plana de televisión, con volumen, cada una sintonizada con una cadena distinta, con lo que si te sientas, como yo hice, fatal error, en el pasillo entre dos salas de espera, tienes que aguantar los programas de sobremesa de varias cadenas a la vez.
Comienza la consulta. Pruebas diágnosticas (no invasivas por suerte) que no tienen que ver con mi patología. Vuelta a esperar. Retraso de más de media hora de las médicas. Pijas de mirada sobre tu hombro, con discurso condescendiente y sermoneante. No tienen la historia médica, todo un interrogatorio para reconstruirla. Y me cuenta qué patología tengo con todo detalle y en qué consiste el tratamiento a pesar de que la interrumpo varias veces para aclararle que yo iba a una revisión y ya me conozco la patología desde hace dos años. Ni caso, ella sigue. Total, para decirme que no necesito ir a más revisiones salvo que empeore. Extraño, mi médica anterior a la privatización me hacía ir cada mes o dos meses por la gravedad de la patología. Trato de explicarle que cuando empeoro tengo que ir directamente a urgencias, pero ni caso, por lo visto no venía en su libro de su superpijauniversidad, o le han dado instrucciones de que aligere las listas de pacientes que van a consulta. Para rematar, tras su despedida y al recordarle yo que no me ha dado las recetas, sorpresa, me aclara que no puede darme recetas. Claro, una médica privada no puede emitir recetas del sistema público. Eso supone tener que ir más veces a mi centro de salud, que se va a saturar más de lo que ya está.
La mandé a la mierda y en atención al paciente presenté dos reclamaciones, una por la atención recibida y otra contra la privatización. Llegó la respuesta y no, como era de esperar de la Consejería de Sanidad, si no de la misma empresa. Os lo podéis imaginar, respuesta tipo.
La privatización ha supuesto la cesión de la gestión y atención en el ambulatorio a la empresa Capio, de origen escandinavo, ahora propiedad del fondo de capital riesgo Apax Partners. Dicha empresa es propietaria ya de catorce hospitales en España, entre ellos mi hospital de referencia, la Jiménez Díaz, una de cuyas médicas en una ocasión me recetó un antibiótico siendo yo alérgico. El fondo de capital riesgo al que ahora pertenece no tiene ningún fin benéfico, precisamente, ni busca favorecer la mejora de la situación sanitaria del mundo mundial. Forma parte del entramado especulativo financiero capitalista causante, junto con los gobiernos, del agravamiento actual de la crisis (fase provocada cíclicamente por el capitalismo, por el poder, para hacer caja, y como excusa para adoptar regulaciones más drásticas) y es o ha sido propietaria en todo o en parte de empresas con fines tan dispares como Panrico, Adidas, Vueling, etc. Es decir, dicha empresa, Capio no tiene como fin contribuir a garantizar y mejorar la salud de la población de Madrid, sino enriquecerse a su costa y al menor coste, y contribuir a la transferencia de fondos públicos a las manos de unxs pocxs inversionistas a los que les importa un bledo nuestra salud.
La privatización ha implicado el traslado forzoso de casi todo el personal del centro y el que queda lo sufrirá próximamente. Incluso las analíticas se remiten a un centro privado, dependiente de Capio, a pesar de haber un laboratorio propio en el ambulatorio.
No voy a caer en la descalificación facilona del gobierno del PP y lo malvada que es la "derecha". Estas medidas se enmarcan en el desarrollo de una legislación básica aprobada por el gobierno-parlamento estatal del PPPSOEIUCIUPNVERC... (todxs son lo mismo) y se aplican en comunidades autónomas con gobiernos de distintos colores. Unos y otros, más lento o más despacio, gobiernan de manera que van repartiendo el pastel entre sus distintos amiguetes o grupos financieros para los que en realidad trabajan; como todo gobierno. Así ocurre en la sanidad como en la enseñanza o en los servicios sociales.
Tampoco voy a caer en la defensa a ultranza del mal llamado "Estado de Bienestar" y de los servicios "públicos", pues tanto uno como los otros no se crearon sino como sistema de apaciguamiento y contención del espíritu revolucionario y de lucha obrera que todavía perduraba al final de la segunda guerra mundial en Europa. Estoy en contra de las privatizaciones, pero lo existente, mal llamado "público", ha demostrado durante décadas que tampoco sirve para satisfacer todas las necesidades de todas las personas, y que es utilizado como sistema de obtención de renta política a través del voto.
Todo ello con la colaboración y el beneplacito de los sindicatos oficiales, subvencionados, vendidos, adocenados, instrumentos del estado y el capital para mantener la paz social que asegure la estabilidad de las inversiones. En Madrid, firmaron y apoyaron la reforma del sistema sanitario y la nueva zonificación, eso sí, hasta un poco antes de las elecciones, cuando comenzaron a escenificar su aparente "oposición".
Unos servicios colectivizados, organizados y autogestionados por lxs propixs trabajadorxs, en coordinación con lxs usuarixs, también auto-organizadxs, serían la única forma de garantizar que no intervienen otros intereses, sean del poder político o financiero, ajenos a los de la sociedad y de las personas que la conforman.
La Revolución Social de 1936 a 1939 demostró que su implementación es posible. Aconsejo leer, para comenzar, el número especial que sobre la Revolución Social publicó el periódico anarquista "Tierra y Libertad" (leer aquí). Y a nivel teórico, "La Conquista del Pan" por Kropotkin. Quizá no lo mejor de dicho autor, pero sencillo para iniciarse en el conocimiento del comunismo libertario.
Sugiero leer también un texto de mi sindicato, CNT, elaborado con ocasión del comienzo de las movilizaciones contra la privatización de los servicios (leer aquí) y el documento recién elaborado sobre el sector de la sanidad (leer aquí)
Volviendo al ámbito concreto de la salud, a nivel personal, ya hace años que comencé a recuperar la gestión de mi propia salud, de mi propio cuerpo, a través de la alimentación y la medicina natural. Solo recurro a la medicina oficial como complemento en patologías agudas o en caso de urgencias, y lo haré aún menos a partir de ahora. Si quieres saber algo sobre sobre la autogestión de la salud puedes comenzar por aquí.
Seguiremos luchando.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y llegará el día en que respirar sea privilegio de unxs pocxs...

ZalagaM dijo...

Salvo que sigamos luchando y les paremos los pies. Salud y ternura, compañera, amiga.

JJesús dijo...

Ya he currado yo en varios servicios anteriormente públicos y ahora privatizados. Todo es fachada hacia el cliente y muchísima mierda dentro. Ya no solo para el paciente, para el trabajador, que es el que primero sufre todo esto,esta mierda va a ser mortal, de hay que luego los servicios empeoren.

¿Kien soy? xD